En nuestro camino encontraremos muchas personas que se tornarán en nuestros amigos, muchos de ellos se volverán buenos amigos y otros se convertirán en “mejores amigos”.
Sin embargo, también encontraremos amistades tóxicas.
Probablemente ya has pasado por eso, quizás ahorita estás lidiando con una amistad tóxica y posiblemente aún no te das cuenta. Incluso, puede que ahorita tú estés siendo un amigo tóxico o amiga tóxica.
Un buen amigo te conoce tal y como eres. Hay un lazo de confianza entre los dos muy fuerte y sabes que esa persona estará apoyándote en las buenas y en las malas pero de igual manera sabes que será duro contigo cuando sea necesario y te dirá las cosas como son.
Te mencionará cosas que probablemente no quieres escuchar. Pero cuidado, debemos saber identificar cuando alguien nos dice las cosas por nuestro bien o no dice las cosas solo para hacernos sentir mal.
Un amigo verdadero se preocupará por ti y te dirá las cosas como son. Sin embargo, cuidará tu corazón, cuidará de no hacerte daño con sus palabras.
Un amigo tóxico te expresará las cosas como son pero su intención será hacerte sentir mal. En ningún momento se detendrá a cuidar de tu corazón.
Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano. Proverbios 18:24
Debemos tener cuidado al elegir a nuestras amistades y de igual manera tenemos que trabajar en ofrecer una amistad intencional, genuina y honesta.
Un verdadero amigo estará siempre presente en tu vida sin necesidad de hablar contigo 24/7.
Un amigo tóxico te estará reclamando todo el tiempo tu ausencia.
Un verdadero amigo te impulsará, te motivará y te alentará a ser mejor persona.
Un amigo tóxico se pondrá celoso de tu crecimiento y con sarcasmo e ironía te dará una felicitación.
Un amigo verdadero te abrazará y te escuchará pacientemente sin reprocharte.
Un amigo tóxico te pedirá que lo abraces y hagas lo que él te pide. Y, si por alguna razón no puedes hacerlo; Te lo echará en cara y se enojará.
"Fieles son las heridas del amigo, pero engañosos los besos del enemigo". Proverbios 27:6
La amistad es un tema primordial para Dios y Su palabra; la Biblia, esta llena de ejemplos de grandes amistades. Quiero mencionarte solo dos ejemplos de muchas de las amistades genuinas que podemos encontrar en la biblia.
1. David y Jonatán
La amistad de David y Jonatán es un claro ejemplo de una amistad real y leal.
David y Jonatán tenían en común una inmensa fe en Dios y un gran amor por él.
Ellos se fortalecieron y se animaron el uno al otro muchas veces. La amistad de David y Jonatán pasó por muchas pruebas difíciles pero su amistad se fortaleció más con cada una de ellas.
1 Samuel 20
2. Pablo y Timoteo
La amistad de Pablo y Timoteo triunfó debido a la gran pasión que tenían ambos de proclamar el evangelio y el respeto mutuo que se tenían el uno al otro.
Ambos estaban determinados a hablar de Cristo.
“Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. 2 Timoteo 1:6-7
Te invito a leer la biblia y así descubras y sigas el ejemplo de las amistades que puedes encontrar ahí.
Busca amistades con las que compartas valores y no solo gustos.
Amistades que te motiven a dar lo mejor de ti, que crean en ti y te impulsen. Busca una amistad intencional y no solo una amistad para “pasar el rato”.
Y, sobre todo, ten una amistad que te impulse a acercarte más a Dios y no una amistad que te aleje de él.
Una vez que encuentres esa amistad verdadera, valórala y cuídala, ya que tener una amistad verdadera es una gran bendición.
"Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!"Eclesiastés 4:10
Para finalizar, quiero decirte que la mejor amistad que puedes tener se encuentra en Jesús.
Jesús nunca te va a fallar. La amistad que él te ofrece no la podrás encontrar en ninguna otra persona. Él dio todo por ti, absolutamente todo. Sufrió y soporto todo por ti. Nosotros merecíamos morir. Pero, Jesús, sin culpa, sin pecado, cargo esa cruz, soporto cada latigazo que desgarraba su piel, tolero cada espina que penetraba en su cabeza, cada golpe que recibía, todo lo soporto y lo dio para que tú puedas ser salvo.
Johanna Ochoa
"Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!" Romanos 5:8-9
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