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Navidad: ¿Emoción o convicción?

Foto del escritor: Johanna Ochoa Johanna Ochoa

Actualizado: 24 dic 2023

Diciembre se ha convertido en sinónimo de fiestas, regalos y deliciosas comidas. Dicho mes, con sus luces brillantes y su ambiente festivo fácilmente nos puede envolver y distraer.



Sin duda, hay un motivo para celebrar. El Único motivo que debe llevarnos a celebrar no solo durante este mes, sino durante cada día de nuestra vida: Jesús.

Conmemoramos su nacimiento, vida, muerte y resurrección. Celebramos que Jesús vino a esta tierra para salvarnos. Celebramos que fue obediente al Padre y entrego su vida por nosotros, y que muriendo en una cruz él cargo con toda nuestra maldad. Recordamos y celebramos que Jesús se hizo hombre para redimirnos. ¡Celebramos que nuestro Redentor vive!


Ahora, aun teniendo esto en mente, es posible que todo el ruido y distracciones que hay a nuestro alrededor durante este mes nos desenfoque y pongamos nuestra atención en otras cosas.  Es probable que te encuentres abrumado por una gran cantidad de distracciones externas que desviarán tu atención de lo que realmente es crucial.

Debo aceptar que me ha pasado. Tengo claro el motivo de mi celebración, no hay duda en ello. Sin embargo, me he perdido en el proceso de esta celebración buscando regalos, menús, decoraciones, ropa, entre otras cosas más. Me he perdido enfocándome en otras cosas.

Y no está mal dar regalos, preparar ricas comidas para compartir con amigos y familia, decorar o querer sorprender a los tuyos con algo bonito. Eso es lindo, es bueno ser compartidos y dar sin esperar nada a cambio. Pero, pienso que este acto de generosidad no se debe ver reflejado solo en estas fechas. Durante todo el año debemos buscar dar y servir a los que nos rodean. Compartir momentos, risas, abrazos, crear recuerdos con los que amamos. Cada día debemos ser agradecidos y generosos con los que nos rodean. Dios nos bendice con tantas cosas día a día que lo menos que podemos hacer es ser intencionales e intentar bendecir y ayudar a otros con lo mucho que Dios nos da.

Es por ello por lo que los actos de servicio, bondad y generosidad que se ven reflejados durante Navidad, son cualidades que debemos ejercitar durante todo el año. Y así, al llegar diciembre, estos actos de amor no serán efímeros ni emocionales, sino parte de nuestro andar como creyentes.


Esta época, antes de preocuparnos por lo que daremos, comeremos o vestiremos, pidamos a nuestro Dios que nos permita adorarle con nuestros corazones rendidos a Él. Que esta Navidad, al igual que los ángeles, digamos con gran gozo: “Gloria a Dios en las alturas”.

Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor. Como señal, encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo.» En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: «¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!» S. Lucas 2:11-14

Que nuestra alabanza y adoración se vea reflejado en todo lo que hacemos durante esta fecha; comprar regalos, decorar nuestros hogares, preparar comidas, convivir con amigos y familia. Que todo sea para darle honor al único que es digno de recibir toda la gloria y adoración: Jesús.

Busquemos que esta Navidad celebremos por convicción y no por emoción. Que, al finalizar todas las fiestas, las reuniones, al quitar el árbol y las luces, nuestro corazón siga adorando y proclamando al Rey de reyes. Y, que al igual que los pastores que fueron testigos del nacimiento de nuestro Salvador andemos cada día dando gloria y alabanza a nuestro Dios por lo que hemos visto y escuchado de nuestro Redentor y Señor.

Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho. S. Lucas 2:20

Pidamos a nuestro Dios que, en la culminación de estas fiestas, al finalizar este año y comenzar uno nuevo, podamos tener la misma actitud de María y guardar en nuestro corazón todo lo que nuestro Señor nos ha mostrado y lo tengamos presente día a día.

 

“María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. S. Lucas 2:19

 

Recordemos el propósito de la Navidad y celebremos día a día a nuestro Salvador y Redentor.

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